La asesora de moda y jefa de taller de Corte y Confección (eltrece) presenta en una producción fashionista –“como nosotras”, dice– a una de sus doce mascotas rescatadas. El origen de su pasión por el proteccionismo, su lucha por las leyes que lo sustenten y las claves de su “vida adaptada” a “los sin voz”. Además, habla de su crecimiento la laboral y de un “2020 que me sorprenderá” incluso en el amor.
Septiembre de 2017, Puente Avellaneda. Una perrita de apenas un año es encontrada con sus dos cachorritos recién nacidos. Los tres en estado de abandono. Una proteccionista sube una alerta y enseguida recibe respuesta de una “colega” diciéndole que en su casa tenía lugar para darles tránsito. Al recibirlos, ve a la mamá de las crías, la abraza y le dice: “Ay, Tuta”. Ese sería su nombre. Y ella, Matilda Blanco (52), finalmente su dueña. La jefa de taller de Corte y confección (eltrece), convive hoy con cuatro perros (“Angel falleció de un problema cardíaco, aún no me acostumbro a decir que no está”) y ocho gatos, “todos rescatados”. Pero en esta edición de GENTE Celebrity Pets, sólo presentará a la protagonista de la historia que comenzó esta entrevista.
–Con nosotros, Tuta...
−Mi gran compañera y guardiana. Se porta muy bien. Le gusta mucho correr y su mejor amigo se llama Pucho, un perro que encontré en la línea B del subte, y con quien comparte cama. Y antes de ir a dormir, le encanta recibir una galleta de arroz. Es chiquita pero tiene sus mañas.
−¿En qué se parecen?
−Le fascina la moda como a mí. Por eso la elegí para esta producción y para el Tea Party de GENTE Celebrity Pets. ¡Tiene ese espíritu! Podría ser modelo tranquilamente. Cuando yo me pruebo ropa, se sienta y me mira. Y le pregunto cuál le gusta más (risas).
Matilda se crió en Bahía Blanca. Sus padres estaban de viaje “así que nací en Capital Federal por casualidad”. Desde chica su vida se reparte entre el mundo fashion –“crecí entre moldes y tijeras” porque su abuelo paterno era sastre– y el mundo animal, “porque mis padres fueron muy bicheros”. “Mamá montaba caballo muy bien a caballo. A mi papá, que falleció hace ya muchos años, le gustaban mucho los perros”, cuenta. Cuando Matilda cumplió diez años, la familia Blanco se mudó a City Bell, La Plata. “Animal que pasaba por casa, se quedaba. A mis 13 levanté a Apolo. Fue uno de mis primeros perros. Le puse ese nombre porque era tan chiquito que justamente era como lo opuesto”, recuerda. “Gatos, perros, tortugas, tuvimos de todo. Éramos una familia rescatista, de los pocos que nos dedicábamos a eso. Yo creo que a partir de las redes sociales, a mediados de 2010, hubo un gran cambio en este sentido. Empezamos a enterarnos de todo lo que les pasa a los animales y eso marcó un cambio en la actitud de la gente”, señala.
−¿Cómo adaptás tu vida a los animales?
−Para el día a día, tengo un sistema armado. Me levanto temprano sólo para controlar sus desayunos y luego hago un seguimiento de cada uno de ellos. Mi mamá me ayuda mucho en tiempos de viaje o vacaciones. Los animales son mi cable a tierra. Las fiestas por ejemplo, las paso sólo en mi casa, para asistirlos durante la tortura que resulta la pirotecnia. Cada vez que me voy a algún lado ruego no cruzarme con ningún animal abandonado porque me lo llevo…
Cuenta que está atravesando un gran presente laboral. “Mi personaje cambió muchísimo. De la crítica de moda ´super mala´ que compuse a Jefa de taller (en Corte y Confección). Ahora soy una buena exigente”, remata (risas).
−¿Hubo tiempo para el amor?
−Fue un 2019 intenso. Entre la tele, los animales y las charlas que estoy dando por todo el país (“Con la moda a tu favor”), no pude ocuparme del amor...
−Quizás 2020 te sorprenda…
−Sé que así será.
−Supongo que el amor por los animales será un filtro importante en la selección de candidatos…
−El hombre que quiera proyectar algo al lado mío, debe tener mucha empatía con los animales. Y tener el mismo respeto por mi pasión por ellos. Ahora, si a esta edad jamás tuvo alguna mascota… y, es raro. Será un ¡next!
Fotos: Fabián Uset. Styling: Gigi Viappiani. Maquilló: Chris Tapia. Peinó: Nery Vazquez de La Flia. Extensiones: Locas por el pelo. Color Hair: Cerini. Agradecemos a: Fabian Zitta, Gerardo Casas, Justa Osadía, Valdez, Odraz, Sofitel Buenos Aires Recoleta y Gabriela Vidal.