Guillermo Francella se dice Macho RE (léase: en retiro efectivo). "Y así debe ser para todo hombre casado como yo", insiste ahora. Sin embargo, desde la pantalla interpreta a distintos seductores. De todos los estilos: galanes recios, perdedores insaciables y conmovedores padres de familia. Así, arremete contra bellezas tales como Julieta Prandi y Daniela Cardone (exquisitas hoy frente a cámaras). Aunque, está claro, su personaje más logrado es el del típico chanta de barrio. Simpático, aunque con mucha
calle. Y de empedrado. Quienes lo conocen desde hace años, dicen que ha puesto mucho de sí mismo en la creación de semejante galán.
"Su pasado encierra un currículum importante en materia de conquistas", aseguran.
-¿Qué clase de seductor diría que fue en sus tiempos mozos, Francella?
-Yo era un soltero divertido, la pasaba muy bien.
-¿Cuál era su estilo a la hora de seducir?
-Yo me llevaba muy bien con el humor. Me movía como pez en el agua en una reunión donde había chicas; intentaba protagonizar el momento. Y si tenía a mi víctima de carcajada fácil, me convertía en un cazador letal.
-¿Cómo las prefería: rubias, morochas o pelirrojas?
-En ese orden (ríe). Había chicas que me volvían loco por su inteligencia y otras que me seducían desde la belleza pese a no tener nada en la cabeza. Pero yo no solía llevarme lo mejor de los boliches. Me costaba enganchar el diez, la divina que bailaba arriba del parlante… Era como que tenía que bajarla de ahí para intentar un diálogo y no lo conseguía ni con una honda.
-¿Entonces asumía la derrota?
-Para nada, yo iba igual. Era como un tábano. Iba, incluso desde la súplica.
"Por favor, es un segundito, te voy a explicar", insistía. Si me prestaba la oreja, la taladraba con miles de historias. Y si sonreía, no paraba en toda la noche.
-¿Solía tener éxito?
-Me he llevado algún pacú, o pescados por el estilo. Sacaba lo que podía. De tanto en tanto caía en mis redes algo divino, y ahí me quedaba quieto. La chica del sueño me costaba. Pero, gracias a Dios, me ha ido siempre bien y supe tener chicas monas a mi lado. Hasta que canté las hurras y me llevé la más linda, que quede claro.
-¿Cómo hizo su mujer para sacarlo de las pistas?
-La conocí en una comida, en lo de mi hermano. Ocasionalmente o ex profeso, nos sentaron frente a frente. Ahí no paré de hablar, me ofrecí para llevarla a su casa y aceptó. Entonces empezamos una relación divina, que ya tiene 14 años y dos hijos soñados. Y así, colorín colorado…
-Su vida de galán ha terminado.
-Nació otra etapa llena de felicidad.
Cada día estoy más contenta de trabajar con Guillermo -explica la modelo-. Mi personaje y yo compartimos la táctica de seducción: nos hacemos las tontas pero nos encanta que el tipo que nos importa esté embobado con nosotras. Y la verdad, a mí me gusta poner nervioso al hombre que me interesa."">
Julieta Prandi se convirtió en la nena que enloquece a Don Arturo, uno de los personajes de Poné a Francella. "Cada día estoy más contenta de trabajar con Guillermo -explica la modelo-. Mi personaje y yo compartimos la táctica de seducción: nos hacemos las tontas pero nos encanta que el tipo que nos importa esté embobado con nosotras. Y la verdad, a mí me gusta poner nervioso al hombre que me interesa."
Cuando Daniela Cardone llega a su sala, él (Francella, el masajista) deja todo. El le dice Mamita y ella le repite que es el mejor del mundo. Así son los personajes que interpretan Francella y la modelo-actriz en la pantalla de Telefé.
