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"El amor da brillo a nuestros ojos"

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Después del primer "Sí, quiero" del día, fue el alcalde de Amsterdam Job Cohen quien se dirigió a Máxima utilizando el título de Princesa por primera vez. Eran exactamente las 10:33 horas del 2 de febrero de 2002, cua
ndo Cohen pidió un aplauso para el nuevo matrimonio a los más de mil invitados presentes en la Sala de los Bienes de la ex Bolsa de Comercio, donde se celebró la boda civil. Máxima había dejado su condición de plebeya para convertirse en princesa de Holanda, princesa de Orange-Nassau y señora de Amsberg. Miró a su marido a los ojos y lagrimeó por primera vez en el día. Eran muchas emociones juntas…

El día había comenzado muy temprano para la royal argentina. Amaneció a las siete de la mañana en el Palacio Real de Amsterdam para prepararse para su boda. Una legión de asistentes -peinadores y maquilladores- la dejaron hecha una verdadera reina, mientras sus íntimas amigas -Samantha Deane, Florencia Di Cocco y Valeria Delger- la acompañaban. A las ocho y media llegó Valentino para ayudarla con el vestido. Y cuando finalmente se encontró con su príncipe para partir hacia el civil, a las diez menos diez de la mañana, en la planta baja del Palacio, Guillermo Alejandro (elegantísimo, con el uniforme de gala de capitán de navío de la Armada Real de Holanda) se deslumbró con su novia e inminente esposa.

La pareja real llegó a Beurs van Berlage -símbolo arquitectónico de Amsterdam- minutos después de las diez en un Rolls-Royce Silver Wraith Limousine Landaulette, que fue comprado en 1957 por la reina Juliana. En la Sala de los Bienes los esperaban sus íntimos y los testigos de boda: la reina Beatriz, Martín Zorreguieta y Marcela Cerruti por Máxima, y el príncipe Constantino, Marc ter Haar y Frank Houben por Guillermo.

Después del Sí, quiero", Máxima no pudo contener las lágrimas. El príncipe, muy cálido durante toda la ceremonia, sonrió enamorado.">

Después del "Sí, quiero", Máxima no pudo contener las lágrimas. El príncipe, muy cálido durante toda la ceremonia, sonrió enamorado.

Como una verdadera princesa, Máxima fue escoltada" durante su casamiento por cuatro damas de honor especialmente elegidas por ella y su novio. Eran su hermana menor, Inés, su íntima amiga Valeria Delger y las primas de su novio, la baronesa Theresa von der Recke y Juliana Guillermo.">

Como una verdadera princesa, Máxima fue "escoltada" durante su casamiento por cuatro damas de honor especialmente elegidas por ella y su novio. Eran su hermana menor, Inés, su íntima amiga Valeria Delger y las primas de su novio, la baronesa Theresa von der Recke y Juliana Guillermo.

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