El padre de la novia, ausente con aviso – GENTE Online
 

El padre de la novia, ausente con aviso

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Era inevitable. Jorge Zorreguieta sabía que no podría estar presente en el día más importante de la vida de su hija: el de su boda con el príncipe Guillermo Alejandro de Holanda. Lo había decidido doce meses atrás, en febrero de 2000, cua
ndo anunció al mundo que no asistiría al casamiento para evitar posibles disturbios por su pasado como Ministro de Agricultura del proceso militar, hecho que algunos parlamentarios holandeses condenaron al punto de poner en peligro la aprobación de la boda real.

"Como padre, sería fundamental para mí acompañar a mi hija en su boda. Sin embargo estoy dispuesto a no estar presente por los problemas que esto podría
acarrearle
", explicó entonces. Cinco meses después, en julio de 2001, el Parlamento aceptó en forma casi unánime el casamiento de Máxima y Guillermo Alejandro. 

Su mujer, María del Carmen Cerruti, eligió seguirlo en su decisión. A pesar de que ella tenía vía libre para viajar a Holanda, decidió -luego de conversarlo con Máxima- que sería mejor que viviera aquel momento al lado de su esposo.
"Yo me quedo con Jorge", le dijo María del Carmen a la hoy princesa durante una visita a Holanda, a principios de 2001.

Los Zorreguieta habían gambeteado la mirada de todo el periodismo nacional y europeo para salir de Buenos Aires; sin embargo, el miércoles 30,
GENTE los encontró deambulando por el hall del aeropuerto internacional de Ezeiza, esperando la llamada de embarque que los colocaría en el avión rumbo a Europa. En la cara del padre de Máxima había un indisimulable gesto de resignación: su primogénita se convertiría en pocas horas en la primera princesa argentina de la historia y ellos lo verían todo desde el televisor de un cuarto de hotel. 

María del Carmen Cerrutti y Jorge Zorreguieta, con una pequeña montaña de equipaje
Louis Vuitton, pasaron inadvertidos para el resto de los pasajeros. Caminando apresurado, esa última tarde en Buenos Aires, Jorge dejó escapar apenas una frase:
"Sé que soy un argentino de bien", dijo. Dos asientos en primera clase los esperaban.

El papá de Máxima lleva el equipaje con el que viajó al encuentro con su hija. Hombre de pocas sonrisas, evitó el diálogo, y el personal de Lufthansa lo invitó a embarcar sin hacer la cola.

El papá de Máxima lleva el equipaje con el que viajó al encuentro con su hija. Hombre de pocas sonrisas, evitó el diálogo, y el personal de Lufthansa lo invitó a embarcar sin hacer la cola.

Los padres de la novia rumbo a la puerta de embarque.

Los padres de la novia rumbo a la puerta de embarque.

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