Con el equipo clasificado para una de las semi finales de la Copa Davis, Argentina está a full.
Los Cuatro Fantásticos, Guillermo Cañas (24), Juan Ignacio Chela (22), Gastón Gaudio (23) y Lucas Arnold (27) saben que tienen en sus manos una oportunidad histórica. El presente los encuentra en su mejor momento y a nuestros jugadores les sobra confianza.
Un ejemplo de esto es Juan Ignacio Chela, el menor de la Armada criolla dirigida por Alejandro Gattiker. A pesar de su buen momento, el Flaco mantiene la misma humildad que lo caracterizó desde el inicio de su carrera. Si alguien lo cruzara por la calle, se encontraría con un muchacho de 75 kilos, algo desgarbado, con cara de bueno que a pesar de su metro noventa y pico anda por la vida con un tranco lento, sin una pizca de la soberbia que suelen tener los deportistas de elite.
Chela, al igual que Guillermo Cañas, proviene de una familia de clase media del populoso partido de La Matanza. Mientras que Willy es de Tapiales, Juan Ignacio nació en Ciudad Evita, el 30 de agosto de 1979. Su padre todavía trabaja en una metalúrgica que logró sobrevivir a los tiempos de la importación. A Chela el mundo pareció venírsele abajo hace exactamente un año, cuando el 2 de abril de 2001 la Asociación de Tenis Profesional (ATP) lo marginó de las canchas con una sanción de tres meses por consumo de anabólicos:
"Me pasé una semana llorando en la cama. El control dio positivo porque había tomado una vitamina que me recetó el médico. Nunca tuve la intención de sacar
ventajas", confiesa hoy mientras pierde su mirada en el suelo.
Aunque este golpe lo tumbó, no sirvió para noquearlo. Cuando muchos suponían que su carrera podía terminar, en esos 90 días siguió entrenando más duro aún. Y al regresar al circuito se convirtió en el protagonista de una escala sin precedentes en la historia del tenis: El día de la suspensión estaba ubicado en el puesto 76 y cuando volvió el 2 de julio, su puesto había caído al 826. Sin embargo, en sólo dos meses consiguió seis títulos challenger y ascendió 739 puestos. Hoy es el número nueve en la Carrera de Campeones y el 28 en el ranking mundial. Después de Cañas, es el mejor jugador que tiene la Argentina.
-¿Cómo fue el tema de tu suspensión?
-El médico del equipo me dio unas pastillas y me dijo que eran vitaminas. Después, durante el Abierto de Cincinnati, en agosto de 2000, me hicieron un control antidoping y me dio positivo. El resultado arrojó que había consumido metiltestosterona, un asteroide anabolizante.
-Fue un golpe muy duro…
-Seguro. Además, al principio me habían dado dos años de suspensión. Me quería morir. Por momentos pensé que se me acababa la carrera. Hubo días en los que miraba un partido de tenis por televisión y la tenía que apagar porque no aguantaba. Después, cuando me calmé y vi que mis viejos estaban peor que yo, decidí salir. Lo llamé a Guillermo Vilas, le conté lo que había pasado y le pedí su ayuda. Gracias a Dios, me escuchó, fue hasta Miami, habló con todos y, apelación mediante, logró bajar la sanción a tres meses.
-¿Imaginabas entonces que ibas a conseguir este nivel?
-Jamás (piensa unos segundos)… Pero no les podía fallar a mis viejos y a Guillermo, que tanto me habían ayudado. Me puse como meta estar dentro de los 100 primeros y lo conseguí bastante rápido. Después las cosas se fueron dando solas. Hoy por suerte estoy dentro de los 30 y quiero seguir subiendo.
-Desde afuera, se los ve como un grupo muy unido, algo no muy habitual. Por ejemplo, en 1981, Vilas y Clerc jugaban juntos los dobles y estaban tan peleados que ni se miraban.
-Por suerte hoy todos tiramos para el mismo lado. Antes, cuando en la Argentina estaban todos peleados, era muy difícil pensar en ganar la Copa Davis. Creo que entendimos que llevarse bien y entrenar con buena onda nos ayuda mucho. Además, no todos los días un equipo está en esta instancia y no la podemos desaprovechar.
-Hace pocos días, Andre Agassi, Goran Ivanisevic -el líder del equipo croata- y Nicolás Lapentti dijeron que Argentina es uno de los candidatos a ganar la Copa. ¿Eso les genera presión?
-A veces es mejor ir de punto que de banca, pero también es cierto que ayuda mucho que los mejores jugadores del mundo elogien nuestro trabajo. Es una inyección anímica que nos sirve para darnos cuenta de que vamos por el camino correcto. El secreto es no desesperarse. Si vamos paso a paso, te puedo asegurar que este equipo va a quedar en la historia.
Agassi e Ivanisevic dijeron que este año la Argentina puede ganar la Copa".">
Es la que se tiene el Flaco Chela para la Davis. "Agassi e Ivanisevic dijeron que este año la Argentina puede ganar la Copa".
Guillermo Cañas, Gastón Gaudio y Juan Ignacio Chela comparten el entrenamiento en el Buenos Aires Lawn Tennis. Junto a Lucas Arnold -quien jugará en dobles con Willy- se quieren meter entre los cuatro mejores equipos del mundo.