Carolina Oltra
"No ando por la vida haciéndome la sex symbol"
Tiene 18 años y medidas contundentes: 90-62-92. Es la hija del automovilista Silvio Oltra y la ex modelo Elena Fortabat. Este año comenzó su carrera sobre la pasarela y, con una generosa trikini, trepó hasta la tapa de GENTE. "Es una tendencia para chicas audaces y yo lo soy -jura-. Este verano, la voy a lucir en Pinamar".
Carolina Oltra Fortabat nació el 8 de febrero de 1985, bajo el signo de Acuario. Mide 1,70 de altura y sus curvas encierran contundentes 90-62-92. Es hija del piloto y cantante Silvio Oltra (N. de la R.: fallecido junto a Carlos Menem Jr. en 1995) y de la ex modelo Elena Fortabat. Comenzó su carrera en el mundo del fashion hace cuatro meses. "De aburrida, nomás -confiesa-. Yo había dejado mis estudios de Comunicación Social y no sabía qué hacer. Un día contraté a un fotógrafo para hacerme unas fotos porque quería un recuerdo de ese momento de mi vida y me propuso mandarlas a una agencia. Y acá estamos…". Carolina hoy integra el staff de la agencia de Leandro Rud. Ya desfiló por todos los canales de televisión y trepó hasta la tapa de GENTE con una infartante trikini.
-¿Cómo le sienta este nuevo papel de chica sexy?
-Muy bien. Pero me lo tomo como un juego, un ratito de libertad para las fotos. Pero no me la creo ni ando por la calle como un sex symbol. Me maquillo y ando con los tacos para trabajar, pero en casa uso jogging y el pelo atado.
-¿Su belleza es completamente natural?
-De chica fui rubia natural. Y ahora sigo rubia, aunque con un poco de ayuda.
-¿Sus medidas -exquisitas- también son naturales?
-No (ríe). Yo hice un camino inverso al de la mayoría de las modelos: a los 15 años tenía 120 de lolas. Y me saqué... ¡No sabés lo que era!
-Intento imaginarlo…
-Imposible, ni te gastes. Usaba dos corpiños: uno de competición -esos bien ajustados- y, encima, otro normal. Está bueno tener lolas, pero lo mío era una exageración. Era antiestético y ya me estaba haciendo mal a la salud: se me estaba haciendo escoliosis en la espalda… En el colegio tenía algunas compañeras que no se habían desarrollado y yo llegaba con la camisa que me explotaba. Nunca me animé a sacarme la remera en la playa. El día que me operé, fui al médico y le dije: "Sacame todo". Por suerte me dejó algo, ¿no?
-Los piropos recaían siempre en su escote, entonces.
-Obvio. Y encima los tipos no suelen ser muy sutiles. A mí no me gustaban que me mirasen más las lolas que la cara. Pero los entiendo, eran impresionantes…
-Todas sus entrevistas recaen, en algún momento, en el recuerdo de su padre, el automovilista y cantante Silvio Oltra. ¿Le molesta?
-Para nada: compartí nueve años con papá y guardo recuerdos fantásticos. Si en algún momento elegí no hablar de él fue porque no entendía lo que pasaba. Venían de la televisión y me preguntaban si yo creía que lo de mi papá fue un accidente o un asesinato… ¡Y yo tenía apenas 9 años!
-¿Cuál es su estado civil actual?
-Estoy de novia, desde hace un año y siete meses, con Juan Cruz Traverso, el hijo del corredor de autos.
-¿Y cómo se lleva él con su nuevo trabajo?
-(ríe) El cambio es difícil, pero se lo está tomando con mucha filosofía. A cualquier novio le daría un poco de celos si se encuentra con su novia en trikini en la tapa de GENTE. Pero éste es mi trabajo y él lo acepta porque me tiene confianza.
-¿Es decir que no piensa lucir trikini esta temporada?
-¿Quién dijo que no? Creo que es una moda para chicas audaces. Búsquenme en Pinamar que seguro me van a encontrar en la playa con una trikini…
-Con un padre piloto y un suegro como Juan María Traverso, que es un prócer viviente del automovilismo argentino, debe ser una experta en autos.
-No entiendo nada y odio la velocidad. No me interesa de qué marca es un auto: sólo quiero que me lleve y me traiga.
-Su segundo apellido es Fortabat. ¿También es pariente de la señora Amalita?
-Es la tía abuela de mi mamá, pero casi no tenemos contacto con ella.
Rocío Guirao Díaz
"Me divierte jugar a ser una chica hot"
Hace exactamente un año, GENTE la descubrió cuando comenzaba su carrera como modelo, y entonces era morocha. Hoy, rubia, es una de las grandes promesas del fashion local. Tiene 19 años, sus curvas miden 90-58-90 y hace muy poco, se animó a lucir la primera trikini.
Fue la morocha de GENTE. La segunda de este nuevo milenio, luego de Karina Jelinek. En la remake del duelo entre la rubia y la morocha, compartió la tapa con Liz Solari. Entonces, Rocío Guirao Díaz tenía tan sólo 18 años y llevaba dos semanas como modelo de la agencia de Pancho Dotto. "A partir de esa tapa no paré -asegura hoy, un año después-. Hice distintas gráficas, entre ellas la campaña de Paula Cahen d'Anvers, y viajé por el mundo". Uno de sus destinos fue la ciudad de Lima, en Perú. ¿La excusa? Grabar el comercial de una reconocida marca de champú. Y fue allí donde, por cuestiones estrictamente contractuales, se convirtió al rubio.
-Ya no queda nada de aquella morocha…
-Nada. Yo me siento muy bien así y no pienso cambiar. Pero las opiniones están divididas: los que prefieren las rubias me dicen que ahora estoy más llamativa, mientras que los que tienen debilidad por las morochas dicen que antes era más inteligente (se ríe)… Además, se viene el verano, que es una estación en la que brillan las rubias.
Rocío Guirao Díaz nació el 27 de junio de 1984, bajo el signo de cáncer. Es hija única y ostenta un título de licenciada en hotelería. Su composit delata medidas perfectas: 90-58-90, armoniosamente distribuidos en 1,69 m de altura. Luego del próximo verano, que la recibirá siempre rubia en Punta del Este, protagonizará la campaña de invierno de Ricky Sarkany y comenzará a estudiar psicología.
-¿Cuál es su estado civil actual, Rocío?
-Soltera y sola. Estuve mucho tiempo de novia, pero hace un mes que me separé.
-¿Es casual que haya interrumpido su noviazgo al mismo tiempo que comenzó a brillar en el mundo del fashion?
-No, nada es casual. Tuve una relación increíble y terminé re-bien. Pero no todos los hombres se pueden bancar este trabajo. Mi ex novio me conoció antes de todo esto, como una chica normal a la que los tipos miraban pero hasta ahí.
-Y, de pronto, en trikini en la tapa de GENTE.
-Tapa de revista, campañas… Viví un cambio importante que influyó en la pareja. Yo lo entiendo porque soy muy celosa y no sé si me bancaría algo así de un novio mío. Ahora estoy sola y más tranquila.
-A propósito, ¿cree que la trikini puede imponerse este verano?
-No tengo dudas. Es muy cómoda. A mí me gusta chapotear en el mar y hacer surf. Y la trikini es ideal porque es un short, y cubre lo justo.
-¿Cómo se siente en su nuevo papel de chica sexy?
-Cuando estoy frente a cámara, siento que interpreto a un personaje. El otro día hice fotos con una túnica, muy seria. Y algunas horas después me estaba haciendo la chica hot con una trikini.
-No dudo de sus cualidades actorales, pero su interpretación de chica hot es excelente…
-(Risas). ¿A quién no le sale hacerse la chica sexy por un rato? Me divierte mucho jugar a ser una chica hot. Y no tiene nada que ver con la ropa o las medidas, sino con la actitud. Una buena mirada puede seducir más que un escote.
por Jorge Martínez Carricart
fotos: Santiago Turienzo
asistente: Gustavo Sancrica. producción: Fini Bencardini
(Agradecimientos: Opera Bay, Amores, Ricky Sarkany, Ski Shop -Eurocamping-. Peinó Sargis para Roberto Giordano)
Me divierte jugar a la modelo, pero mi sueño es llegar a la televisión", asegura la rubia que este verano debutará en la pantalla de América con un magazine.">
"Me divierte jugar a la modelo, pero mi sueño es llegar a la televisión", asegura la rubia que este verano debutará en la pantalla de América con un magazine.
¿A quién no le sale hacerse la chica sexy por un rato?", bromea Rocío en una de las piletas del Opera Bay de Puerto Madero. A la derecha, la tapa de GENTE que compartió con Carolina Oltra hace dos semanas.">
"¿A quién no le sale hacerse la chica sexy por un rato?", bromea Rocío en una de las piletas del Opera Bay de Puerto Madero. A la derecha, la tapa de GENTE que compartió con Carolina Oltra hace dos semanas.