Detrás de Natalia Fava entra Flavio Mendoza, su asesor de imagen ("él es quien cuida mi estética, el tipo que me enseñó a pegarme una pestaña postiza, el que me dice dónde me conviene salir, dónde no, qué pose me favorece en una foto, qué pose no"). Más atrás viene Gladys Andrade, su maquilla dora personal ("ella va a todos lados conmigo. En realidad, los dos están siempre a mi lado. Yo les digo: 'Chicos, tengo una nota', y ellos se vienen"). Es que quien fuera -hace menos de un año, apenas- la chica recatada de Gran Hermano ahora va por el estrellato y para eso necesita equipo. Detrás de Gladys no viene nadie más. Por ahora.
Sobrevivió. De hecho, del pelotón de repentinas "estrellas" más o menos públicas que salieron de la Casa, ella es la que mejor hizo pie en lo que, con cierta pompa, podríamos llamar el mundo del espectáculo: como vedette, reemplazó a Mónica Ayos en Reíte país, la obra de Jorge Corona, y pertenece al elenco de la revista Atrapados por la risa. Algo de Gastón Trezeguet, algo de Silvina Luna y bastante de Natalia: eso es todo lo que quedó, finalmente.
Fava jura, perjura y vuelve a jurar que sigue siendo la misma de siempre. La única diferencia es que ahora su carrera es, precisamente, el espectáculo y por eso debe cumplir una serie de exigencias, a saber: medirse en las comidas, ir al gimnasio, cuidarse el pelo, ir al gimnasio, tomar clases de baile, ir al gimnasio, tener un custodio de su imagen, una maquilladora full life y, de vez en cuando, ir al gimnasio. "Si querés estar arriba de un escenario, tenés que estar espléndida. Esto no es Gran Hermano, donde cada uno hacía lo que quería, total no pasaba nada. Esto es una carrera y a veces tenés que hacer lo que no te gusta con tal de estar a la altura de las circunstancias", dice Fava, la espectacular marplatense de 28 años.
-Por eso ahora tenés un team para vos...
-No. Eso es una exageración. Es gente que me cuida, que me ayuda y que está detrás de mí para que todo salga perfecto.
-¿Sos vedette?
-No.
-Pero trabajás de vedette...
-Soy una aprendiz, digamos.
-Y como aprendiz, ¿quién dirías que es la vedette del momento?
-Creo que Mónica Ayos se despega un poco del resto. Y claro, Moria, una eterna número uno.
-¿Pradón?
-No es mi estilo.
-No te gusta...
-Nunca la vi. Es un poco... no sé, exuberante. Las prefiero más tranqui.
-¿Sentís que el ambiente ya te incorporó?
-No, para nada. Todavía soy "la nueva". De hecho, en la guerra de las vedettes, soy apenas un soldado, ni siquiera me nombran… por ahora… Pero no me asusta. Estoy muy segura de mí misma. Ya me van a aceptar, no les va a quedar otra.
-Desde el punto de vista mediático, sos la que mejor ha sobrevivido de todos los que salieron de aquella casa.
-Bueno, es lo que vine a buscar desde un principio. A partir del primer casting para Gran Hermano yo sabía que entrar a esa casa era la llave para llegar a esto, el espectáculo, que es lo que siempre quise.
-Encontraste lo que todos, o casi todos, buscan.
-Sí, lo encontré.
-¿Y por qué creés que te tocó a vos la suerte del hallazgo?
-Porque me maté para conseguirlo, porque me sacrifiqué y porque siempre tuve muy claro cuál era mi sueño.
-¿Y con qué soñás hoy?
-Con hacer televisión. El día que Telefé rescindió mi contrato casi me muero, no lo podía creer, con todo lo que yo quería pertenecer a ese canal. Me estaban diciendo: "No nos servís". Bué, quedan otros cuatro canales, espero que alguno se fije en mí.
-¿Qué te dejó Gran Hermano?
-Por el momento, un marido. No es poco. (Risas).
-De una vez por todas, ¿te casás o no con Santiago Almeyda?
-Con Santi nos acabamos de comprar la casa. Así que recién ahora vamos a poder pensar en eso. De todas formas, lo importante es que estamos muy bien. La gente, cuando nos ve por la calle, nos dice: "¡Ah, pero entonces el romance era de verdad!".
Cuando era una Lolita marplatense, una agencia de las grandes le propuso venir a Buenos Aires para filmar un comercial. Era el inicio de su carrera en la gran ciudad, el sueño mayor, las luces del centro y el esplendor de hacer carrera en serio. Pero antes de que Natalia esbozara la primera sonrisa, papá Fava ya había tomado el teléfono y había descargado un lapidario "mi hija no va" al señor que, del otro lado de la línea, intentaba contratarla. Debieron pasar muchos años para que la Lolita se convirtiera en una mujer con decisiones propias y fuera por la revancha. Hoy, a los 28, después de la experiencia Gran Hermano, después de los castings y el debut sobre los escenarios, Natalia finalmente termina de armar el rompecabezas de su sueño adolescente.
-Entonces, ya lograste tu sueño...
-Tampoco me entusiasmo demasiado. Recién estoy empezando a lucharla.
por Alejandro Seselovsky
fotos: Jorge Luengo
producción: Gabriela Díaz
(agradecemos a Ricky Sarkany)
Hoy, quien se despega del resto es Mónica Ayos, y por supuesto, Moria, que sigue siendo la número uno. ¿Alejandra Pradón? No es mi estilo… Es un poco... no sé, exuberante".">
Natalia asegura que cuida su cuerpo, va al gimnasio, hace dieta… También opina sobre sus colegas vedettes: "Hoy, quien se despega del resto es Mónica Ayos, y por supuesto, Moria, que sigue siendo la número uno. ¿Alejandra Pradón? No es mi estilo… Es un poco... no sé, exuberante".
Desde el comienzo yo sabia que entrar a la casa de Gran Hermano era la llave para llegar hasta acá, que es lo que siempre quise".">
"Desde el comienzo yo sabia que entrar a la casa de Gran Hermano era la llave para llegar hasta acá, que es lo que siempre quise".