Ella le ofrece un chocolate, él le da un abrazo. Ella lo recibe complacida, entonces él arremete con un beso. Es sábado por la tarde y la pareja disfruta de un día al aire libre y un partido de rugby en Deportiva Francesa. La escena se distingue entre el público de la tribuna local: se los ve felices, sonrientes, enamorados. Ella es Verónica Varano (42 años, conductora de tevé y modelo, madre de tres hijos, separada y comprometida desde hace un mes); él, Martín Lombardero (45, cardiólogo, ex rugbier –con historia como Pumita, cuando integró selecciones juveniles–, actual entrenador de la división Menores de 10 años de Deportiva Francesa, padre de dos hijos, también separado, y futuro esposo de Verónica).
“Sí, me caso. Estoy muy enamorada”, afirma ella. “Es un momento bárbaro a nivel profesional y personal. La vida me sonríe”, agrega. Por estos días, además de organizar su boda, la morocha está ocupadísima con su regreso a la tele como conductora de Tendencia (desde el 2 de agosto, por Canal 9), y como si fuera poco, un pequeño accidente que sufrió su hijo mayor alteró su agenda y su ánimo: “Nicolás (12) se cayó practicando skate y tuvo una doble fractura en el brazo derecho. Me asusté mucho porque los tres (Nicolás; Arturo, de 10, y María, de 8) estaban de vacaciones en Brasil con su padre (Fernando Elsztain), y tuvieron que volver de urgencia. A Nico lo operaron esta semana y por suerte ya está bien”, suspira aliviada, mientras muestra una sonrisa tranquilizadora.
–El anuncio de tu casamiento sorprendió a todo el mundo…
–Sí, hasta a mí misma.... Las cosas se dan cuando se tienen que dar. Hace cinco años sufrí mucho mi separación, y aunque no lo busqué, Martín llegó. La vida me da otra oportunidad. Volví a creer en el amor. Esta es la tercera relación importante en mi vida y cuando elijo, elijo.
–¿Cómo se conocieron?
–¡Fue la primera cita a ciegas que tuve en mi vida! (risas).
–¿Cómo se dio?
–Un amigo me dijo: “Tengo un cardiólogo para presentarte”. Al principio me resistí, y él estuvo un par de meses insistiéndome. Hasta que me animé y salimos. Hubo cena extensa y en medio de la charla, que duró varias horas, descubrí su sonrisa y morí de amor.
–¿Por qué te resistías?
–Estaba en casa con los chicos y ni consideraba rearmar mi vida. Siempre fui tranquila. Creo mucho en el destino; quizá lo estaba esperando a Martín.
–¿Primero hubo resistencia, y después amor a primera vista?
–Nunca pensé que volvería a enamorarme; vivir ese sentimiento otra vez está buenísimo. Nuestros amigos reconocen que somos iguales en personalidad.
–¿Están juntos desde hace un año y lo mantuviste en secreto?
–No soy buena para las fechas, pero sí, hace más o menos ese tiempo que salimos. No es que lo escondí ni nada. Martín no es del medio, es cardiólogo, y no frecuentamos los lugares que recorren los paparazzi. El también tiene hijos, y entonces nos movemos en el ámbito del colegio y del club. Nuestra historia es sencilla, no una cosa televisiva ni glamorosa.
–¿Qué te enamoró de él?
–Es muy buena persona, excelente padre, alegre. Nos gustan las mismas cosas, la vida al aire libre, el deporte, y algo fundamental para mí: es tan familiero como yo. Primero están nuestros hijos, y eso es una de las cosas que más nos unen. Por eso nos decían que éramos tal para cual. Ahora somos dos más nuestros cinco hijos.
–¿Planean la convivencia?
–Lo estamos viendo. El auto sí hay que cambiarlo por uno bien grande: ¡ahora somos siete! Sus hijos tienen su mamá, los míos su papá. Ellos seguirán haciendo la vida de siempre. Si hay que hacer cambios porque necesitamos más espacio, los haremos. Todo sea para sumar.
–¿Cómo fue la propuesta de casamiento?
–Fue de repente y me quedé helada por la sorpresa. Me lo propuso al poco tiempo, a los dos o tres meses de estar juntos. Nos costó tomar la decisión, es muy importante y tuvimos muchísimos recaudos por los nenes.
–¿Cómo se lo contaron a toda la familia?
–De una forma natural. Primero se lo dijimos a los chicos, y luego organizamos un almuerzo y lo anunciamos al resto de la familia y los amigos. A la vieja usanza, nos comprometimos con anillo y todo (muestra la alianza de oro blanco en su mano izquierda) y pusimos fecha; sólo te digo que será en agosto.
–¿Qué tienen pensado?
–Planeamos algo íntimo. Habrá ceremonia civil y una fiesta sencilla y muy divertida.
–¿Soñás con tener más hijos?
–No.
–¿Está decidido?
–No, no está decidido. Si fuera por mí tendría 13... Pero la idea es no tener más hijos.
–¿Por qué apostar al matrimonio otra vez?
–Apostar es creer. Creemos en el amor. Es una cosa simple. Como le pasa a todo el mundo, me enamoré y me caso. Estoy muy feliz, y a los dos nos gusta la familia que formamos. Me caso para toda la vida. Pretendo que él sea mi último hombre, mi compañero hasta el final de mis días.
Varano (42) dice disfrutar de un gran momento personal y profesional. Su belleza intacta lo confirma.
Martín Lombardero tiene 45 años, es separado y padre de dos hijos: Ignacio (12) y Francisco (10). Médico cardiólogo, se desempeña como jefe de Ultrasonido Cardiovascular del Sanatorio de la Trinidad, en las sedes de Palermo y San Isidro. El último sábado vieron juntos el partido contra San Fernando, y el novio de Varano sorprendió con unas botas con importantes tacos.
Como figura de Bailando por un sueño, Verónica se mostró más atrevida que nunca. “Me divertí mucho, y aunque no soy una bailarina profesional, superé diez rondas”, dice. Luego de su participación en ShowMatch, desde el 2 de agosto conducirá Tendencia (Canal 9); y antes había aceptado (como favor) co-conducir por una semana La casa de América, junto a Fernando Bravo.