Y llegó el día más esperado para Gerardo Sofovich (72), el hombre al que muy pocos se atreven a decirle que no. Bah, aunque una de ellas es nada menos que su flamante esposa, Sofía Oleksak (34), que un par de veces había demorado el “sí” hasta que cayó rendida de amor y aceptó la boda. Digamos que Sofi se llevó un solterito, porque para la ley argentina su actual esposo no estaba casado.
¡QUE NOCHE DE CASAMIENTO! Fue el sábado 25 de abril a las 21 horas en Señor Tango, Vieytes 1655, Barracas. El dress code: gala. Alfombra roja, 500 invitados, música suave, barra de tragos y 2x4 con orquesta en vivo sólo para ver y escuchar antes de que arrancara el dance. Con improvisadas y divertidas coreos de los mismísimos bailarines que acompañan a Flor de la V en las tablas con La fiesta está en el Tabarís.
LA INTIMIDAD DE GERARDO. El día de su enlace despertó pasadas las doce. Wilbur, el gato, fue el primero en saludarlo. Entonces, Gerardo Sofovich se calentó un café en el microondas (el único artefacto de toda la casa que maneja) y se detuvo a leer los diarios. Luego reconocería algo de nervios y otro tanto de emoción: “No cualquiera se casa a los 72 años por primera vez. No hay dudas de que Sofía es La mujer”.
EL VESTIDO DE NOVIA. Confeccionado en tela diseñada por Chanel, nada menos que por Carlos Di Doménico y César Juricich, bordado con cristales de Swarovski, corte strapless y cola desmontable, con un gran moño en la espalda. Además, Sofía lució una gargantilla de oro blanco y diamantes, una coronita de flores naturales y zapatos dorados de Benicio.
LA CEREMONIA. Pasadas las diez y media de la noche, bajaron Gerardo y Sofía, listos para sentarse en la pista central junto a los seis testigos: Viviana Mónica, Lilian Andrea y Gabriela Silvana Oleksak, hermanas de la novia; Oscar Salvi, Avelino Tamargo y el doctor Alfredo Cahe por el novio. Y la jueza dijo emocionada: “El amor que sienten es el verdadero motivo para celebrar este matrimonio”. Salvi conmovió a todos: “Llevo el altísimo honor de ser amigo de Gerardo. Y la quiero a Sofía fundamentalmente porque lo hace feliz”.
Después fue el turno de Viviana, la mayor de las Oleksak: “Quiero aprovechar para mandar un beso grande a dos personas que están en Santa Fe –los padres de Sofi, que son muy mayores– y no pudieron venir. Y a ustedes dos les deseo lo mejor. Sé lo que es quererse, porque tengo un matrimonio hermoso”. ¿Qué dijo la novia? “Gerardo es el hombre de mi vida”. ¿Y el novio? Lo explicó con un tema de Tony Bennett: “Un día, cuando estoy deprimido, cuando el mundo está frío, voy a sentirme confortable solamente pensando en vos, y en el modo en que luces esta noche. Porque sos adorable, de una sonrisa tan cálida y unas mejillas tan suaves, no existe nada para mí más que amarte, y el modo en que luces esta noche”.
HOLA, SUSANA. Susana Giménez llegó de la mano de Jorge Rama y ocupó la mesa central, junto a los novios –una especie de palco especialmente diseñado a pedido de Gerardo, con salida exclusiva a la pista–, Florencia de la V y su pareja, Pablo Goycochea, y Mirtha Legrand. Y Su, como no podía ser de otra manera, disparó el comentario de la noche: “Gerardo es un tipo que admiro, pero en ésta no lo sigo. No. No. ¡Yo ni loca me vuelvo a casar! ¿Por amor…? Ni loca, no, por nada”. Y provocó la sonrisa de todos, Rama incluido, claro, que al ingresar tuvo la mala suerte de cruzarse en un pasillo con su ex, Eunice Castro, mientras caminaba junto a la diva. Adrián Suar se disculpó a último momento de asistir, porque viajó para recibir el premio Biznaga de Plata como Mejor Actor por su trabajo en la película Un novio para mi mujer, en el Festival de Cine de Málaga, España.
SU OTRA MUJER. Esther es quien sin duda más conoce a Gerardo. Lleva 28 años trabajando a su lado como ama de llaves: una vida. Y contó cómo fueron las últimas horas de soltero de su jefe. “Jamás vivió un tiempo tan revolucionado como éste. Fue una locura. ¡Sólo a él se le ocurre casarse y debutar en televisión! A Sofía la adoro, porque lo hace feliz”.
¡QUE FANTASTICA ESTA FIESTA! Para la recepción se produjeron 2.600 piezas de sushi, a cargo de Antonella Taccari, hija de Fernando Soler, quien se ocupó personalmente de la mesa de Gerardo. El novio fue sorprendido con una enorme fuente de mármol con ostras que se servían en tulipanes. Tampoco faltaron los quesos en su más amplia variedad y surtido, especialmente los preferidos de Sofía: blandos, suaves y con mucho sabor. En la ceremonia se utilizó un escritorio presidencial. El sector estaba iluminado por una araña de Swarovski. El altar tenía una pérgola con azucenas y rosas blancas. Los anillos fueron llevados por los hijos de Sofía, Joaquín y Agustín. No faltó el carnaval con baile de máscaras venecianas, pedido especial de Sofía. También se festejaron los 29 años de casados de Soledad (que ofició de wedding planner) y Fernando Soler, los anfitriones. Además, Celia Sofovich, cuñada del novio, cumplió años, sin decir cuántos.
REGALOS Y SORPRESAS. Las champagneras fueron las vedettes de la noche: Mirtha Legrand, Jorge Asís, Susana Roccasalvo y Viviana Canosa coincidieron con el obsequio. Susana Giménez se inclinó por un sillón Berger, Rolo Puente eligió un broche para la ropa, Mariano Iúdica un cuadro, Laura Ubfal una lámpara, Sofía Neiman y Mauricio Macri una bandeja y Aníbal Pachano un copón de plata. Celia, cuñada de Gerardo, prefirió una mesa de mármol para el jardín, mientras que Cecilia Milone “un regalo especial para el barco”. Y hay más: Gustavo Massud, la ex pareja de Moria Casán, optó por un narguile, la tradicional pipa árabe. Luis Pedro Toni, una tostadora. Eunice y Denise Castro, “un regalo sorpresa traído de Montevideo”. Marixa Balli: “Nooo, de ninguna manera… No essss fino decir qué se regala”. Roberto Pettinato y Karina: una colección de CDs de Stravinsky. Pampita, un espejo. Flor de la V: el ajuar de la novia by Analía Maiorana. Emilia Attias y el Turco Naim: “Un reloj de pared ”. Daniel Hadad: “Algo para la casa”. Carlos Nair Meza Menem entró sin hacer declaraciones. Luego salió y volvió a ingresar, muy alegre.
Los novios y uno de los momentos más dulces de la noche: el corte de la torta, que medía 75 centímetros de altura. Era de tres pisos, con distintos gustos: chocolate blanco y negro, frutos secos y frutos rojos. Estaba decorada con una cascada de flores frescas y moños.
Sofía le hizo seguir a Gerardo todas las costumbres nupciales: le dio de probar torta en la boca, cruzaron las copas de champagne y brindaron con los 500 invitados. Abajo: Los hijos de la novia, Agustín y Joaquín, que cargaron los anillos y también fueron protagonistas en el momento de cortar la torta. ¡Salud!
Después de la ceremonia, los recién casados se besaron ante las cámaras. Minutos antes del piquito, Sofía regañó por primera vez a su marido: “El anillo se pone en la mano izquierda. Ponételo bien, che”, le dijo ella a Sofovich, que se había puesto la alianza en el anular derecho.