Florencia Ledesma Candás llega a la política con el sueño de construir una sociedad más inclusiva. El domingo 10 hay elecciones en San Luis y por primera vez se presenta como candidata una joven con síndrome de Down.
La familia Ledesma Candás está orgullosa de Florencia (19). No sólo por sus logros académicos o por su personalidad alegre (fue elegida mejor compañera de su clase), sino también por el interés que tiene en cambiar la realidad y dar de sí para construir una sociedad más inclusiva. Es hija de un comerciante, Esteban Ledesma (53), y una docente, Mónica Candás (52). Es la hermana menor de Cristian (24), estudiante de Medicina. Ellos viven en San Luis, donde Florencia se presenta como segunda concejal por el partido Frente Independiente por San Luis, con vistas a las elecciones municipales del próximo domingo 10. El candidato a intendente Roberto Gómez Espíndola pensó en ella porque una de sus propuestas principales es trabajar por una ciudad más inclusiva. En caso de ganar, será la primera concejal con síndrome de Down en el país.
“Me gusta ayudar a la gente, y como vecina quiero hacer algo por los jóvenes y sobre todo por los que son especiales, como yo”, dice Florencia. Su prioridad en caso de ganar es trabajar para que haya más espacios recreativos para chicos con discapacidades, rampas de acceso para ellos y transporte público accesible. “También me interesa concientizar a los jóvenes sobre el daño que produce la droga en la salud”, señala.
Cuestiones como la educación, la marginalidad social y la inclusión resultan clave para Florencia, que tiene pensado seguir estudiando más allá del resultado de los comicios. Le gustaría aprender fotografía y quiere estudiar para ser maestra jardinera. Se define como una persona “solidaria, perseverante y responsable”. Dice que es raro encontrarla de mal humor, porque en general es una persona alegre, y si se enoja suele desenfadarse enseguida.
PRIMERO LA FAMILIA. “Valoro el esfuerzo que hacen mis padres para darnos todo lo que necesitamos y pedimos. Son personas que se sacrifican por los sueños y esperanzas de sus hijos. Los amo con todo mi corazón”, reflexiona, antes de reconocer que tiene una muy buena relación con su hermano. “Está cuando lo necesito y siempre me cuida”, asegura.
Sus padres recuerdan el momento en que supieron de la condición que afecta a Floppy (así la llaman en su casa). “Nos enteramos cuando nació. Fue muy duro al principio, porque no estábamos preparados”, cuenta su papá y agrega: “Los médicos que la recibieron nos orientaron para buscar buenos profesionales y también recibi- mos mucho apoyo de nuestras familias”.
Gabriela Vilela –fonoaudióloga– y Daniel Alberastain –especialista en estimulación temprana– acompañaron los primeros pasos de Florencia. Durante la primaria la atendieron la fonoaudióloga Mariana Olmos (creadora de la Fundación Par XXI, que asiste a personas con Síndrome de Down y miembro de ASDRA, Asociación Síndrome de Down de la República Argentina) y la psicopedagoga Melania Furlani; en la adolescencia se sumó al equipo la psicóloga Victoria Yannizoto.
"Quiero trabajar por los jóvenes, sobre todo por los que son especiales, como yo”
Florencia Ledesma Candás
“Desde el jardín de infantes Floppy fue a la escuela Normal Juan Pascual Pringles, dependiente de la Universidad Nacional de San Luis, y el gabinete de apoyo escolar la ayudó mucho en su aprendizaje”, relata Esteban y agrega: “Siempre concurrió a actividades extracurriculares como baile, equinoterapia, fútbol e hidroterapia, entre otras”. Habiendo recorrido un camino de terapias con su hija, los padres de Florencia están armando un centro de recreación gratuito para chicos especiales.
SUEÑOS POR CUMPLIR. “Me gustaría hacer un viaje con Dani, Karen, Katty y Florencia, mis amigas de equinoterapia”, confía Florencia, quien en su tiempo libre disfruta escuchar música, bailar y cantar. “Me encanta musicalizar las reuniones familiares”, expresa. Todavía le asusta la oscuridad y también la atemorizan las tormentas eléctricas.
Como tantas chicas de su edad, nombra su fiesta de 15 entre los momentos más importantes de su vida. También recuerda el impacto que tuvo en su vida el ingreso al secundario, haber recibido la bandera del colegio –hace ya un año– y que la hayan convocado para ser candidata a concejal. “Me gustaría conocer a Pringles, porque es un prócer de mi provincia y porque mi escuela lleva su nombre”, asegura Florencia, quien este domingo podría convertirse en la primera concejal con sín- drome de Down del país.