Cuando Laura dice que haría cualquier cosa por su hermana Gabriela, no exagera. “Hace un par de meses me hice pasar por empleada de una panadería, para darle una mano con un trabajo práctico de la facultad”, cuenta la mayor de las Fernández. Y sigue: “Me dieron un delantal, un gorrito, unos guantes y algunas instrucciones: ‘Si te piden pan, pesalo en esta balanza. Para servir los sándwiches de miga, usá esta pinza’”. Gabriela interviene y acota: “Era el negocio de una compañera de estudios. Habíamos puesto un montón de cámaras ocultas para ver si los clientes la reconocían a mi hermana o no”, explica la estudiante de Producción de Medios de la UADE. Después de aquel favor, Laura creyó que su hermana aceptaría sin dudarlo su propuesta para bailar el merengue en ShowMatch. Pero se equivocó. “¡No sabés lo que me costó convencerla!”, dice la conductora de Combate.
–¿No querías saber nada?
Gabriela: No. Me preocupaba qué iban a decir mis compañeros de la facultad o los del trabajo cuando me vieran en el programa de Tinelli. No me gusta la exposición. Las veces que voy con Lau al Bailando me ubico detrás de la valla, para no estar muy adelante. Laura: Es verdad. Siempre se queda escondida, porque no quiere que le hablen o le pregunten cosas.
–¿Cómo la convenciste?
L: Primero intenté persuadirla. Le dije: “Dale. Va a ser una linda experiencia y nos va a quedar un recuerdo divertido para cuando seamos grandes”. Pero no surtió efecto. Después apelé a la lástima: “Por favor, hacelo por mí. No tenemos a nadie”.
G: Me mandaba audios de WhatsApp todos los días... Después se sumaron Fede Bal y Mati Napp (N. de la R.: compañero de baile de Laura y coach). Me decían: “Gaby, te necesitamos. Bailá con nosotros”.
L: Al final terminó aflojando. Además, le prometí cuatro pares de zapatos, un par de lentes...
G: Me lo voy a cobrar en varias cuotas (risas).
LA PALABRA PRECISA, LA SONRISA PERFECTA.
“Como hermana mayor, siempre traté de darle seguridad”, asegura Laura. Gabriela la escucha y se emociona. Mientras le seca las lágrimas con el pulgar, la mayor de las Fernández continúa. “Cuando Gaby terminó el colegio y no sabía qué estudiar, todo el mundo le insistía: ‘Aprovechá que tu hermana ya está en el medio. Hacé lo mismo que ella’. Y, la verdad, yo re admiro que ella haya tenido la personalidad para plantarse: ‘Quiero dedicarme a otra cosa’. El hecho de que hoy apunte a la producción –y encima le vaya bien– habla de una seguridad y un talento que me enorgullecen”, explica Laura.
–Y en el plano amoroso, ¿también son distintas?
G: No me gusta hablar sobre mi vida sentimental. Laura siempre me pregunta, pero le cuento a medias, porque se pone pesada.
L: Bueno, es que yo quiero saber...
G: Igual, somos bastante parecidas. Yo no soy de salir con uno o con otro. Me gusta ir a bailar, pero no suelo engancharme fácil. De hecho, nunca presenté un novio en casa.
L: A mí también me cuesta enamorarme. Muchos creen que desde que estoy soltera los tipos se me re tiran. Todavía estoy aprendiendo a distinguir entre quienes me escriben por cholulos y los que de verdad quieren conocerme.
–Gabriela, ¿cómo viviste todo lo que se dijo de tu hermana cuando se la involucró con Fede Bal?
G: Fue complicado. Los medios estaban el día hablando de Laura. Parecía una cadena nacional. Me ponía en su lugar, y era horrible. Por eso trataba de evitarle el tema. Le hablaba de cualquier cosa menos de eso, para que tuviera la cabeza en otro lado.
L: Nunca me preguntó ningún chimento de la tele, ni nada que tuviera que ver con mi laburo. Lo hacía por mí, pero también porque no le interesa. Y eso que por ahí sus amigos la volvían loca preguntándole.
G: Sí. Me decían: “¿Qué onda tu hermana? ¿Está con Fede?”. Y yo les decía: “No sé. No le pregunto por su vida amorosa”. ¡Y no me creían! Lo peor: si les decía que no estaban juntos, me contestaban: “¡Mentira!”. No entiendo para qué preguntan si igual van a terminar pensando lo que quieren.
–¿Te molesta la fama de tu hermana?
G: Ahora se me hizo costumbre, pero al principio era raro. Igual, jamás fui y mandé: “Soy la hermana de”. Las personas se fueron enterando de casualidad o porque surgía el tema y entonces yo lo contaba; si no, no lo andaba diciendo.
–¿Dejaste de compartir cosas con Laura desde que ella está en la tele?
G: Un poco sí. El tema es que justo cuando ella comenzó a trabajar en la tele, partió a vivir sola. Fue todo de golpe.
L: Como nos llevamos varios años, recién ahora empezamos a compartir salidas, y está bueno. Más allá de eso, somos muy unidas y siempre estamos una a disposición de la otra para lo que sea. Cada vez que me voy de gira o de temporada, Gaby y mamá vienen a visitarme y se quedan conmigo unos días.
–¿Quién te gusta como cuñado: Fede Hoppe o Bal?
L: Esa pregunta no vale; Fede Bal no es nada mío.
G: Si tuviera que elegir, me quedo con Hoppe. Siento que somos parecidos: los dos tenemos perfil bajo.
L: Cuando le conté que Gaby no quería bailar, me dijo: “La re entiendo. A mí también me da vergüenza cuando Marcelo me saca al aire”. G: Igual, Fede Bal es re buena onda. Mientras compartimos ensayo siempre me alentó. Un copado.
“Muchos creen que desde que estoy soltera los tipos se me re tiran. Estoy aprendiendo a distinguir entre quienes me escriben por cholulos y los que de verdad quieren conocerme” (Laura). Foto: Gente©
Laura apoya a Gabriela en cada una de sus elecciones. “Siempre adopté un rol de protectora”, dice la rubia. “Nunca le pregunté por sus novios”, asegura la morocha. Foto: Gente©
“No soy de salir con uno o con otro. Me gusta ir a bailar, pero no suelo engancharme fácil. De hecho, nunca presenté un novio en casa” (Gaby). Foto: Gente©