La actriz –a punto de estrenar Tu parte del trato, la serie que produce Polka y se verá por TNT, eltrece y Flow– habla sobre su papel en el thriller, y es clara al referise a la polémica que se desató a partir un audio suyo, que se viralizó, donde invitaba a una amiga a participar de esa estafa piramidal. “Hoy no lo elijo, fue algo fugaz, fui víctima”, sostiene.
“Volver a Polka significa una felicidad enorme, me siento muy plena trabajando ahí, y admiro que se embarquen en proyectos como este, que tienen una factura tan cinematográfica. El público se merece tener ficción de calidad. Está más exigente y todos debemos dar algo mejor” sostiene Jazmín Stuart, una de las protagonistas de “Tu parte del trato”, la serie de ocho capítulos que encabeza junto a Nicolás Cabré y Eleonora Wexler que se verá a partir del martes 29 por TNT a las 23 horas, el miércoles 30 por eltrece a las 22.45 y también a través de Flow, y produce Polka.
Su personaje es el de Patricia, una misteriosa mujer que seduce a Carlos (Cabré) y le cumple un deseo que termina en un asesinato. A partir de allí le hará cumplir la promesa que él le había hecho: destruir la vida de una mujer, que encarna Wexler y recién aparece en el segundo episodio. Sobre su rol en este thriller, señala: “Mi personaje es cada vez más disruptivo, como una caja de Pandora o un juego de muñecas rusas, que se va haciendo más profundo a lo largo de los capítulos hasta que el espectador termina de entender cómo es. Y lo que descubre es algo inesperado”. Para ella, “el guión está muy bien escrito. Pero al mismo tiempo, se trabajo en forma flexible con el director (Jorge Nisco). Yo tenía un determinado abanico de colores para usar: la fragilidad, la violencia, la sensualidad, una cosa infantil también, y en cada escena usaba una pincelada de cada uno. Porque las características de mi personaje son tantas, y tan contradictorias, que esas mezclas era interesante poder graduarlas”
Stuart, que es directora desde antes de ser actriz (tiene tres largometrajes y dos series en su haber), asegura que todavía no vio los ocho capítulos. “Mientras grabábamos me asomé a algunos armados de edición, y cada cosa que veía me daba más confianza para ir jugando. Todo caía en un lugar seguro”. Para ella, la diferencia entre este formato y la tira diaria es que la última, “como depende del rating y del feedback con el público, hace que se peguen volantazos y los actores tienen que reacomodarse muy rápido. No se consigue profundizar tanto en el personaje y los vínculos. Aún así, tiene un vértigo que te hace soltar amarras y probar cosas. Pero me siento más cómoda en algo acotado, más parecido a filmar una película, donde se como empieza y como termino”.
La charla, por supuesto, también giró en torno a su polémico audio invitando al Telar de la Abundancia, algo privado que se viralizó. Al respecto, dice, “ya no tengo miedo a ninguna crítica. Cuando militás por el derecho de las mujeres y del aborto legal la piel se te va a haciendo muy gruesa. Me pareció muy aberrante, irrespetuoso y desinformado el enfoque que se le dio. Se me puso en un lugar de chivo expiatorio con algo que me excede y no tiene que ver conmigo. Pasé tres semanas por ese espacio. Perdí, no gané, fui víctima. Se viralizó un audio que envié a una sola persona, a una amiga. Difundir audios privados es ilegal, podría haber iniciado acciones legales y no lo hice, porque me interesa volver a poner el foco en lo importante, los temas por los que milito. La iniciativa no fue inocente, hay una intencionalidad y es precisamente mi militancia. No me sorprende, en el mismo medio donde se difundió, a la semana pretendieron instalar que había una fractura en el colectivo de Actrices Argentinas y luego publicaron una editorial aberrante con tintes antiderechos a un nivel escandaloso. Junté las piezas del rompecabezas y entendí qué quisieron hacer. Pero cuando más intentan debilitarme, más me fortalezco. No estoy sola, formo parte de un movimiento inmenso.
–¿A raíz de lo que sucedió, tenés más resguardos con lo que enviás, para que no se viralicen cosas privadas tuyas?
–No. Por el activismo que manejamos en el colectivo somos muy cuidadosas desde hace mucho tiempo. Hemos tenido episodios que nos han demostrado que debíamos tener ciertos resguardos. Me preocupa mucho como llega un audio enviado a una sola persona a un medio. Me da un poco de miedo pensarlo, y prefiero no hacerlo.
–¿Sobre el telar te quedó alguna enseñanza?
–Es un tema sobre el cual se puede debatir eternamente. Sucede en todos los países. Yo no lo elijo, tuve un paso muy fugaz y no fue una buena experiencia. Así que no tengo tantas herramientas para evaluarlo. Además, yo misma decidí irme.
–El papel del colectivo de actrices, mas allá del rol que toman en las denuncias –como en los casos de Thelma Fardin o Anita Co–, ¿también influye en cómo se encaran hoy las ficciones?
–Indirectamente sí. Los temas que se instalan en la agenda mediática y política generan que en las mesas de las casas y en los espacios de trabajo se hable de determinadas cosas y hace que se instalen preguntas en la sociedad. Eso provoca, tarde o temprano, que esas preguntas se respondan también a través de la ficción. Todos consumimos productos que resuenan en nuestra época. La militancia, de a poquito, va generando un cambio.
–¿Como siguen las novedades del caso de Thelma, lo que sucede en la justicia de Nicaragua, donde la fiscalía acusó formalmente a Juan Darthés por violación?
–Sentimos que judicialmente la causa avanza para el lado correcto, acompañando a Thelma, y con mucha paciencia porque son procesos largos. Pero lo más importante es que no acompañamos un caso puntual, lo hacemos porque es paradigmático y visibiliza una realidad mucho más extendida. Lo que pasó desde diciembre del año pasado a nivel de abuso, acoso y violación fue un paso inmenso: muchas mujeres se animaron a denunciar, y empieza a haber una toma de conciencia a nivel colectivo, que es lo más valioso.