Tiene ocho años y es la reina de la casa.
Patricia es una pata de ocho años que tuvo la suerte de cruzarse en el camino de Sandra Sette, quien le salvó la vida y le dio un lugar privilegiado en su hogar. "Hace ocho años yo vivía con mis hermanos y mi mamá en Turdera, localidad de Zona Sur. Todos los días me tomaba el tren para ir a trabajar a Capital y pasaba por un Pet Shop que estaba cerca de la estación. Ahí solían vender peces y canarios, pero un día pasé y vi que había un pato en una caja. Entré y le pregunté al vendedor por qué lo tenía ahí, y me dijo que se lo había llevado un proveedor que siempre le entregaba pajaritos. Me contó que hay gente que compra patos chiquitos (como era ella en ese entonces) porque son más baratos que los grandes. Entonces los engordan y después los matan para comer. Cuando escuché eso le dije: 'Me lo llevo'", cuenta su dueña.
Desde el primer día Patricia convive con animales. Hoy comparte el parque de la casa de Sandra con seis perros: Ninón, Bonita, Iara, Donna, Rumba y Culín, el único macho. Y también convivió con Manteca, el conejo de la familia que falleció el año pasado. "Al principio tuvimos que hacer un periodo de adaptación con ellos porque no sabíamos qué onda. Primero la teníamos en otro sector del jardín. Después los empezamos a juntar, ellos la olían y de a poco se fueron adaptando. Ahora la pata es la dueña del jardín. Es un perro más. Podríamos decir que es la líder de la manada. ¡Hasta los vecinos la conocen!", señala Sandra.
Al principio, pensaban que era un pato, hasta que "un día mi mamá me llama y me dice que había puesto huevos (no fecundados). Ahí pasó a ser "Patricia", cuenta Sandra entre risas. En cuanto a su cuidado, señala que el veterinario especialista en animales exóticos le dijo que no necesita vacunas y que no hay ningún problema en que viva en su casa. "Tenemos un parque de 10 x 30 aproximadamente. Le compramos una pileta de bebé a la que le cambiamos todos los días el agua. ¡Si no está transparente no se mete!", agrega.
Patricia come alimento de las gallinas "es como una mezcla de cereales molidos" y es fanática de las lombrices: El año pasado hubo albañiles en su casa, que cuando levantaron tierra en el parque por primera vez, empezaron a salir lombrices y Patricia se pegó un atracón. "Después los seguía a todos lados pidiéndoles más", ríe Sandra.
"Como se crió con otros animales, Patricia es muy sociable. Desde que falleció Manteca se para en la puerta que da al patio para llamar a los perros cuando están adentro de la casa. No quiere estar sola. En mi casa siempre hubo animales. Mi mamá cuando era joven rescataba perros y gatos. Siempre fuimos muy bicheros. Y estamos felices de que hoy Patricia forme parte de nuestra familia", concluye Sandra.
Fotos: Gentileza Sandra Sette.