La revelación de Pequeña victoria (Telefe) habla de sus difíciles comienzos en la provincia de Córdoba y cómo vivió su sexualidad desde temprana edad.
Nacida “hace treintis” en una casa humilde de Córdoba capital, llena de “muebles horribles” y criada por sus jóvenes padres (él trabajaba en una concesionaria de autos y ella era ama de casa), Mariana Genesio siempre fue de encantar.
De hecho, recuerda que a los siete tuvo “un temprano despertar sexual”, que la llevaba a “hacerme la novia y besarme con mis compañeritos de colegio en los baños. Nadie se atrevía a contarlo, claro, pero yo estaba chocha”.
En su pubertad mantuvo una imagen “más bien andrógina, que fui transformando en la adolescencia. A los 19 descubrí la femineidad y empecé a montarme”.
Fue en la disco Dorian Gray, donde hacía perfos y baile burlesque, pero mantenía un estilo “dark o de pantalones deportivos a lo Gwen Stefani”.
Su identidad la encontró haciendo siempre lo que quería: “Nunca me hormonicé. Lo único más difícil fue el tema del vello, hasta que llegó la salvación de la depilación definitiva”.
¿Qué le desea hoy a todo el mundo? “Aceptación propia, que es la más difícil de conseguir”.