El otro lado de la producción exclusiva en la que, aparte de hablar sobre su vida compartida y del filme en el que debutan como protagonistas y productores, se animaron a mostrarse al natural, a pura espontaneidad, casi como si estuvieran en su casa.
“Nos demandó tres años de nuestra vida, en todo sentido”, coinciden Ricardo (62) y el Chino (30) sobre su trabajo en La odisea de los giles, su primera película juntos como protagonistas y productores. “Si bien ya habíamos actuado juntos…”, sorprenden.
–¿Cuándo ocurrió?
Chino: Pocos lo saben pero compartimos una escena en mi primera película, Fuera de juego. Buscala, no te miento. Aunque es cierto que hace unos años nos empezaron a proponer cosas para que se repitiera, por cuestiones de tiempos, o que a uno le gustaba más y al otro menos, nunca se dio. Y como no era la premisa laburar juntos, sino sólo una posibilidad...
Ricardo: Tampoco andábamos ansiosos por que sucediera. Jamás presionamos para lograrlo. Ni su camino se ha entrecruzado con el mío, ni el mío con el suyo. Él transitó todos los castings, todas las pruebas que debía, con sus propias herramientas. Entonces no hubo un encuentro conmigo. Hasta ahora, que llegó la primera oportunidad concreta, seria y sólida con La odisea...
Luz, cámara, parentesco
“Verlos trabajar juntos me recordó a cuando yo laburaba con Tato, mi papá”, le admite a GENTE Sebastián Borensztein, el director de La odisea…, que se estrenó el último jueves 15 de agosto, tuvo a cargo Kramer & Sigman y Kenya, de Argentina, y Mod, de España (además participó eltrece) y distribuye Warner Bros. Pictures.
A propósito de la flamante Kenya Films S.R.L., tiene como socios principales a los Darin y a Federico Posternak, uno de los productores de la película, junto a los Ricardo, Hugo Sigman, Matías Mosteirín, Leticia Cristi, Fernando Bovaira y Simón de Santiago. El nombre Kenya surgió del de “nuestra bulldog francés” –comentan– y el logo “es consecuencia de una pintura” de Clara Darin (técnica superior en Bellas Artes). “Lo diseñó a partir de uno de sus trabajos. Si nos hacés la gauchada de mencionar el dato, zafamos de pagarle”, lanzan pícaros los hinchas de River. Para luego memorar su acercamiento al filme…
Ch: Leímos la novela casi al mismo tiempo. Nos enamoramos tanto de ella, de sus personajes y del clima que desprendía, que priorizamos hacer la peli. Los roles surgieron en una segunda instancia. Hasta que empezamos a meternos, yo no estuve seguro de que fuéramos a hacer de padre e hijo.
R: Yo sí (sonríe). Hay cosas que se dan naturalmente. Aunque de entrada él pataleó: “¡Pero mi personaje es demasiado bueno...!”. Le gustaba el de Marco Antonio Caponi, que revelaba un conflicto con la madre y demás... Lógico, es un momento de su camino (no me cierra el término “carrera”: pareciera que hablamos de velocidad) donde le gusta probarse en roles más complicados. Ni hablar cuando te toca un villano.
Entre cacerolazos, premios y festivales
Protagonizado por Ricardo (en el rol de Fermín Perlassi, ex futbolista que regentea una estación de servicio), Luis Brandoni (Fontana), el Chino (Rodrigo Perlassi), Verónica Llinás (Lidia), Daniel Aráoz (Belaúnde), Carlos Belloso (Medina), Marco Caponi (Hernán), Rita Cortese (Carmen Largio) y Andrés Parra (Manzi), el filme dura 117 minutos y se basa en la novela La noche de la Usina –Premio Alfaguara–, de Eduardo Sacheri, el mismo autor de La pregunta de sus ojos, que le valiera el Oscar a El secreto de sus ojos, de Juan José Campanella.
“Me encanta lo que generan los Darin con sus personajes. Cómo se miran, acercan, conversan y se emocionan van de la mano de la ternura y sencillez que imaginé para su padre y su hijo en la ficción”, señala sobre esta suerte de revancha de perdedores –contada con humor y humanidad–, inspirada en la estafa a un grupo de vecinos de un pueblo que pretendían fundar una cooperativa –entre 2001/2–, al tiempo que sus ahorros eran retenidos por el banco, como había sucedido con los de tantos argentinos. La odisea... ya ha sido seleccionada para participar en la prestigiosa sección Special Presentations del Toronto International Film Festival, y para proyectarse en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián.
–¿Resultó complicado convertir a su relación de padre e hijo en dos personajes de ficción?
Ch: Al principio sentí que debíamos recurrir a ella para componer los roles, pero no fue así: era esencial que nadie mirara a Ricardo Darin como el padre del Chino, ni al Chino Darin como el hijo de Ricardo, sino a Fermín Perlassi como el padre de Rodrigo y a Rodrigo como el hijo de Fermín.
–Logro que consumaron de entrada, admitámoslo…
R: No es fácil hacer de hijo y padre en la actuación ni en la vida real... En ésta, incluso, es mucho más difícil. Todas las relaciones humanas son complejas, y las familiares, doblemente. Ahí no existe el “¡Vamos de nuevo, repetimos!”... Todo queda impreso, es complicado.
Filmaciones: Diego Soldini
Edición: Cristian Calvani.
Fotos: Christian Beliera, Marcos Ludevid (rodaje) y Archivo Editorial Atlántida.
Producción y estilismo: Ceci Nissen.
Agradecemos a Galería de la Defensa/Pasaje de la Defensa, a Raquel Flotta y Agostina Mentasti (de RF Prensa & Comunicaciones).