Eso dice la actriz –figura de Multitalent Agency– que interpreta a Lidia en Argentina, tierra de amor y venganza (eltrece), desprendiendo de ese sentimiento el nombre de su disco debut: Nacimiento. Dice que 2019 es un año clave: además de su lanzamiento como cantante, publicará su primer libro de poesías e ilustraciones. En esta charla habla de la relación con “su tesorito” Tomás “Toto” Kirzner, de su padre, Alfredo Casero, y de su crianza “nómade y aventurera”.
A las 19:20 de un día de semana, Minerva Casero (20) llega a un café de Villa Urquiza y despliega una sonrisa juvenil híper contagiosa. La artista de Multitalent Agency –que cada día le da vida a Lidia en Argentina, tierra de amor y venganza (eltrece)– acaba de salir de su clase semanal de canto y se nota que está feliz. Rápidamente, cuenta que tuvo muchas profesoras, que antes no se animaba a tanto, y que desde los dieciséis le “está poniendo todas las pilas”. A lo que la periodista le pregunta por el estilo de canciones que está interpretando y ella, sorprendida, mira la taza de café con leche de almendras que tiene delante, se queda en silencio unos diez segundos y suelta: “Te doy una primicia: estoy por sacar mi disco. ¡Lo termino este mes!”.
–¡Wow! ¿Estás emocionada?
–¡Muy! La música me genera un frenesí. Siento que me permite expresar parte de mi ser.
–¿Llevás mucho tiempo trabajando en este disco?
–No (ríe). Arranqué a preparar los siete temas que lo componen el 12 de marzo, el día que fui a comer con papá (Alfredo Casero, 56) y tres amigos suyos, que son productores y los amo. Ese día papá dijo “vamos al estudio a jugar” y así, improvisando mis letras sobre una pista que pusieron ellos, salió mi primer tema.
–¿Cómo se va a llamar?
–Lo estoy decidiendo... y lo acabo de hacer... ¡Se va a llamar Nacimiento!
–¿Porque sentís que estás naciendo?
–Por muchas cosas. Mi nombre es de la mitología grecorromana y Minerva/Atenea nace a los veinte años, mi edad. Para los romanos es la creadora de la música. Y en el 2017 me pasó algo muy loco: tuve un sueño despierta, una epifanía, y me vi pariéndome a mí misma. Es algo que pinté mucho y quiero que esté presente en las fotos de la promoción del disco. A la vez, siento una conexión con mi yo sin miedos. Los perdí por la vida, por crecer, por confiar en mí y por apreciarme. Así que sí, siento que renazco parida por mí y eligiendo qué es lo que quiero mostrar.
–¿Todas tus letras reflejan lo que sentís hoy o hay cosas de antes?
–Un poco de todo. Hay un tema que se llama Joyería y tiene que ver con mi infancia, con sueños e ilusiones. Todos los temas tienen algo muy marítimo, porque de chica viví frente al mar. Al principio no eran específicamente letras, sino frases sueltas. Ah... excepto un poema, que se convirtió en canción.
–Decís “poema” y me viene a la mente que sos de las pocas actrices argentinas que en Wikipedia están clasificadas como poetas.
–Cualquiera, ¿no? Mi libro de poemas e ilustraciones, si bien ya está casi listo –lo empecé el 22 de mayo del 2018–, todavía no lo saqué.
-Y ya que estamos en una charla de primicias, ¿tiene nombre?
–(Ríe) Sí, se llama Ojalá algún día no te olvide para siempre, como una de mis poesías.
–¿A tu novio (Tomás Kirzner, 20) le escribís cosas?
–Obvio que sí, hasta le mando poemas por WhatsApp. Él también escribe hermoso. Por eso le regalé un cuadernito, para que lo haga más seguido.
–¿Cómo es él?
–(Achina sus ojos celestes) Es muy considerado, un tesorito. Para mí fue una sorpresa de la vida tener a alguien que esté siempre para mí como él. Yo siempre me sentí sola a pesar de la gente, y es el momento de mi vida en el que mejor estoy. Y parte de eso se lo debo a Tomás. Con él siento que vivo debajo de la casita que te hacés con la sábana cuando sos chiquito. Eso para mí es el amor.
–¿Habías tenido otras relaciones antes?
–Sí, había estado tres años en una relación a distancia muy linda, de la que aprendí un montón. Pero eso sí, no conocía la cotidianeidad. Por eso, al arrancar sentía que Tomás se iba a ir. Una vez –y esto es muy íntimo– me desperté a mitad de la noche y le pregunté a Toto: “¿Te vas?”. Y él me respondió: “Son las dos de la mañana, ¿adónde me voy a ir? Quedate tranquila y dormí; yo estoy acá”. Y lo hice... ¿Te confieso algo? Yo de él estoy enamorada desde que tenía catorce años. Lo vi entrando en mi clase de teatro y me enamoré. Él dice que yo fui la primera persona que vio al entrar. Fue como en las películas, pero después no nos vimos hasta que nos reencontramos en el 2017 y nos hicimos muy amigos, una barrera que nos costó romper. Hasta pasó que nos dábamos besos en la boca y seguíamos diciendo: “Sólo somos amigos” (ríe). Qué sé yo... Creo que los dos sentimos en el alma que somos una pareja milenaria.
¿Están pensando convivir?
–Nos vemos todos los días, pero todavía no. Es que yo me fui a vivir sola en octubre y estoy aprendiendo a disfrutar de mi espacio, y él está muy cómodo con su familia y su perra, que duerme con él. En su casa dormimos los tres, ¡y ellos dos roncan!
–¿Los despertás?
–A la perra no; a él sí. Le pido que se ponga de costado y él me dice: “Sí, mi amor, sí”. Ay, eso es algo hermoso que tiene: para dormir es la persona más dulce del mundo, ¡un osito! Es que tiene la piel suave, y es suave en todos los sentidos. Yo no puedo más de amor...
–¿Cómo es tu relación con tus suegros (Adrián Suar y Araceli González)?
–¡Me llevo re bien! Un súper hijo tiene dos súper padres. Son divinos. Igual, con ellos y con su hermana (Florencia Torrente, 30) ya tenía buena onda de antes. A la única que no conocía era a Margarita (Kirzner, 7), y todos son un amor.
–¿Y el suegro de él? ¿Cómo se porta tu papá (Alfredo Casero) con Toto?
–Lo ama. Al toque lo invitó un domingo a volar drones en plan de amigos.
–¿Quién es más personaje: vos, tu papá o tu hermano (Nazareno)?
–Y... ellos son muy particulares, pero yo también. Es que en casa la máxima siempre fue ser fiel a uno mismo.
–¿Tu mamá (Marisa Rogel) cómo es?
–Es mi parte más estable y calma. Lee mucho, pinta todo el tiempo, es menos eufórica... De ella tengo un montón de cosas. Creo que mis padres fueron muy aventureros y lúdicos, pero yo voy a ser una madre menos nómade, porque a mí me gusta un poco más la estructura.
–¿Ya estás pensando en ser madre?
–No, no.
–En ATAV hacés de hija menor...
–Ay, sí... Me encanta darle luz a mi parte más aniñada. Aunque me parece re loco que la gente piense que soy como Lidia, que es re distinta a mí. Yo hablo más grave, más rápido y me muevo diferente. ¡No tengo nada que ver!
–En un momento filmaste una escena que dio a entender que podía haber algo entre tu personaje y el de Toto (Julián). ¿Pensás que en la historia podrían terminar juntos?
–Me divertiría, pero no creo, porque ahora me están escribiendo cosas muy interesantes que no lo involucran.
–Hace unos días se habló del supuesto romance entre Delfina Chaves y Albert Baró. ¿Cómo tomaron los rumores en el set?
–Ay, creo que es el cliché más cliché del mundo que piensen que todos estamos de novios. La gente fantasea con lo que pasa en los camarines. Pero no pasa nada: sólo somos personas que vamos a trabajar.
–¿Delfina no te da consejos de hermana?
–No exactamente. Nos vemos más como pares (ríe), pero tenemos mucho feeling y charlamos un montón. Además, y esto la gente no lo sabe, cada vez que terminamos una escena nos abrazamos y nos decimos: “Quedó muy lindo”.
Fotos: Gentileza @maritedejesus, Polka y álbum personal M.C.
Arte y diseño: Gustavo Ramírez.
Make up: Shuli Juárez para Kahle Make Up.
Pelo: Leticia Chirieleison para Mala Peluquería.
Styling: Camila Lanzavecchia.
Locación: Palacio Duhau
